Las sesiones de comunión siempre tienen un encanto especial, y la de Marcos en Salburua no fue la excepción. Rodeados de naturaleza, con los tonos verdes del bosque como telón de fondo, capturamos momentos únicos que reflejan no solo su elegancia en un día tan importante, sino también su espontaneidad y alegría.
Desde el principio, Marcos se mostró natural y relajado frente a la cámara. Vestido con un traje informal, irradiaba esa mezcla de ilusión e inocencia propia de esta etapa. Salburua, con sus senderos y su luz filtrándose entre los árboles, nos brindó un escenario perfecto para fotografías llenas de vida y frescura.
A lo largo de la sesión, sus hermanos también se unieron a la diversión. Las imágenes en las que posan juntos desprenden complicidad y cariño, reflejando la conexión especial que comparten. Un momento especialmente bonito fue cuando los tres subieron a la bicicleta vintage, riendo y disfrutando como si el tiempo se hubiera detenido.
Cada rincón del parque nos ofreció una oportunidad distinta: caminando por los senderos, jugando entre la vegetación o simplemente dejando que Marcos fuera él mismo, sin poses forzadas, permitiendo que su esencia brillara en cada fotografía. Optamos por una combinación de imágenes en color y en blanco y negro para resaltar la profundidad y las emociones de cada instante.
El resultado de la sesión es un recuerdo inolvidable de este momento en la vida de Marcos. Fotografías naturales, llenas de emoción y autenticidad, que contarán su historia con cada mirada en el futuro. Salburua nos brindó un entorno mágico, pero fue Marcos, con su energía y su sonrisa, quien hizo que cada imagen cobrara vida.
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