
El año pasado tuvimos la suerte de fotografiar la comunión de la hermana de Maider, y este año ha sido su turno. Volver a ver a esta familia ha sido un placer, y capturar estos momentos tan especiales para ellos, aún más.
Maider nos regaló una sesión llena de dulzura y naturalidad. Su vestido blanco, combinado con detalles en tonos empolvados, le daba un aire elegante y atemporal. Durante la sesión, disfrutó cada instante, sonriendo con espontaneidad y dejando que la cámara recogiera su esencia.
En algunas fotos, su hermana mayor se unió a ella, reviviendo su propia sesión de comunión y creando imágenes llenas de complicidad y amor fraternal. Esas fotos en las que se abrazan y se miran con ternura son, sin duda, recuerdos que guardaran para siempre.
Jugamos con diferentes escenarios y luces para lograr una sesión variada y única. Desde un fondo rústico con luces cálidas hasta una atmósfera más minimalista, cada imagen refleja la personalidad de Maider y la magia de este dÃa tan especial.
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